Lema

“EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ”
¿Confías en mí?
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”.

(Lc 4, 18)

Un año más, la CULTURA VOCACIONAL será el eje fundamental de la Acción
Evangelizadora, pues la determina no solo desde el punto de vista cristiano sino
también desde el antropológico.


De hecho, la cultura vocacional, no es un producto terminado sino un proceso
continuo de creación y socialización, es el modo de vida de una comunidad que
deriva de su modo de interpretar la vida y las experiencias vitales y que involucra
a sus miembros, en algo que se cree, de lo que todos están convencidos.
Estamos invitados a crear en torno nuestro una «cultura vocacional», cualquiera
que sea el lugar apostólico donde estemos: comunidad, barrio, colegio, fundación,
parroquia, grupos… Ésta es una tarea en la que podemos participar todos los
miembros de la Iglesia, sin excluir a ninguno, tenemos la gracia y la
responsabilidad de fomentar la vocación a la que hemos sido llamados.
Para que pueda ser el hilo conductor de nuestra AE, debemos tener claro de qué
estamos hablando:

  • Es el “humus” pedagógico que provoca preguntas existenciales en la vida
    de nuestros niños, jóvenes, adultos… con el fin de dar respuesta a las
    cuestiones profundas de la vida que sólo DIOS puede responder.
  •  Es sentarnos a los pies de Jesús Divino Maestro para escucharle y dejar que
    su Espíritu nos ilumine para descubrir cuál es el plan que Dios tiene para
    cada uno de nosotros y nuestros destinatarios.
  • Es apostar por una evangelización que, en libertad, provoque deseos de unavida con sentido, desde Dios.
  • Es aprender a vivir en actitud de discernimiento, para poder dar respuesta
    a las distintas llamadas que Dios nos hace a lo largo de toda nuestra vida.
  • Es quedarnos marcados con la impronta del Carisma que recibieron nuestros
    Fundadores, reproduciendo en nosotros la imagen de Jesucristo y ayudando,
    a otros, a reproducir esa misma imagen. Este es un camino largo y laborioso
    que solo es posible, si los que bebemos de la fuente carismática, lo vivimos
    como “gracia vocacional”.

El curso 21/22 comenzábamos nuestro itinerario caminando hacia Jesús para
conocerle, amarle y seguirle. Le abrimos la puerta y quiso entrar en nuestra casa,
nos dejamos tocar por él, haciendo de la acogida, la interioridad, el encuentro, el
servicio, la conversión, la escucha, el perdón, la esperanza y la misericordia, un
nuevo modo de vivir.

¿Me abres?
El curso 22/23 sentimos su llamada y nos acercamos a Él, y como los discípulos le
preguntamos: ¿Dónde vives?

Nos dimos cuenta de que hay que cambiar de sujeto: no se trata tanto de que yo encuentre a Dios, sino de que Él me encuentre a mí y me deje tocar por Él.
Nos dimos cuenta de que no somos nosotros los protagonistas de esta búsqueda-
encuentro, sino que es Jesús el que se da la vuelta y se acerca para encontrarnos.

¿Te atreves?

Nos atrevimos a hacernos como niños y dejarnos sorprender. Y el siguiente año 23/24 nos quisimos identificar con el maestro, parecernos a él, seguirle y ser lo más parecidos posibles.
El itinerario vocacional ha sido: llamada, acercamiento y ahora IDENTIDAD. Jesús nos preguntó:

¿me sigues?

 y al aceptar comenzamos un camino juntos, una forma nueva de vivir. Nos esforzamos en ser como Él imitándole en todos los aspectos en que le voy conociendo.
El curso 2024/25 nos centramos en el Espíritu Santo:

“El Espíritu de Dios está sobre Mí”
Jesús se identifica con el Padre y es enviado al desierto fortalecido con la fuerza
y el amor del Espíritu. El Espíritu RECONOCE A JESÚS como Dios. Si nosotros le
hemos seguido, hemos aprendido de Él y queremos identificarnos con Él ahora
somos enviados a seguirle con la confianza puesta en la fuerza y el Amor del
Espíritu. Por eso nos pregunta ¿Confías en mí?